Doce años en India
Mons. de Brésillac empieza como misionero de la India, de 1842 a 1854, como miembro de la Sociedad de Misiones Extrajeras de París. Al cabo de tres años de presencia en la India se le ordena o0bispo del territorio llamado «Vicariato apostólico de Coimbatore ».
Enseguida se da cuenta de que las reglas que la Iglesia utiliza en esos territorios no son las apropiadas e impiden todo progreso: unos sacerdotes se niegan a que la Iglesia introduzca algunas costumbres indias deseadas por los cristianos; otros, al contrario, entre los que se encontraría Mons. De Bresillac desearían introducirlas, pero lo prohíbe terminantemente. El obispo se encuentra en una difícil tesitura entre el deseo de aportar soluciones liberadoras y el miedo a desobedecer los principios de Roma impuestos después de la inspección realizada en 1703 por Mons. De Tournon. Al no ver la posibilidad de llegar a una solución esperanzadora, presentó su dimisión como vicario apostólico.
Su dimisión fue aceptada por el papa Pio IX el 18 de Marzo de 1855. Muy pronto pedirá a Roma que se le envía a cualquier lugar del mundo como misionero. Entonces es cuando oirá hablar por primera vez del Dahomey; uno de sus amigos, el padre Dominico, capuchino de Versalles le anima a ir a Marsella y tomar contacto con el armador M. Regis que tiene unos almacenes en África y que desea que los misioneros se establezcan en esas regiones.
Un encuentro providencial en Marsella
A mediados de Diciembre de 1855 Mons. De Bresillac va a pasar un día en casa del señor Regis quien logra entusiasmarle con todo lo que le cuenta de esas tierras de Ouidah, en Dahomey, donde tiene una casa de comercio. El rey de Dahomey le tiene en mucha estima y le protege y le dice que está decidido a favorecer la implantación de una misión católica en Ouidah.
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